jueves, 24 de junio de 2010

Capítulo 6


Las manos me tiemblan del frío y la humedad de la playa. ¿O acaso es el miedo? El pánico a volver me paraliza. No quiero verle, no quiero hablarle. Quiero que se vaya como ya hizo una vez sin dar explicaciones. Dios mío. ¿Cómo la misma persona te puede hacer tan feliz y unas instantes más tarde tan desdichada? Son como las dos caras de una misma moneda, como la noche y el día en sólo 24 horas. Ayer era el amor de mi vida y ahora es sólo un desconocido que ha aparecido para arruinarme lo que me queda de ella. Una vez más.
No sé que hora es. No cuento los minutos porque el tiempo ya no cuenta. Miro al horizonte e intento buscar fuerzas de mis fronteras, esas que quizá estén aún intactas ante tanto dolor. Pienso en mañana, en mi trabajo, en la comida que tengo con Helen, en mis alumnos. ¿Seguirá eso allí? ¿Seguiré yo? Quiero escapar pero mi mañana me retiene.
Poco a poco me incorporo hasta clavar mis pies en la arena mojada. Sigo pensando en el mañana y en lo que queda por llegar. No quiero mirar la casa pero sé que pronto llegaré allí y tendré que abrir bien los ojos para ver mi horrible realidad. Así que sacudo la arena de mi vestido y a paso lento logro llegar a mi jardín.  Dentro se oyen risas y música. Con cuidado tiro la libreta hacia el balcón y tras agarrarme a la barandilla consigo escalar hasta el segundo piso. Tengo magulladuras en las rodillas y en los pies, pero es un dolor que no me importa lo más mínimo.
El ventanal sigue abierto y consigo colarme por él sin hacer apenas ruido a pesar de que la madera del parqué cruje levemente bajo mis pies. Camino hacia mi habitación mientras dejo atrás sus voces en el salón. Una vez dentro me doy cuenta de que Jack no ha estado allí, que ni siquiera a dejado la maleta encima de la cama. Respiro aliviada y cierro la puerta con llave.
Sin pensarlo me desnudo y me meto en la ducha. Apoyada en la pared bajo el chorro caliente deseo con todas mis fuerzas que el agua me lleve con ella por el desagüe hasta el mar, lo más lejos posible, lejos de Jack y su llegada. Pronto mis manos comienzan a arrugarse de la humedad y decido salir del calor de la ducha. Con el agua cayendo por mi cuerpo me miro al espejo pero no me reconozco.
‘No sé quién soy’
Las palabras de Jack y el calor de su abrazo vuelven a mi mente y tengo que apoyarme en el lavabo para no caer. Me agarro con tanta fuerza que me duelen los dedos.
Basta, basta, basta. No quiero sufrir más. Y para ello tengo que odiar a Jack con lo más profundo de mi ser.

3 comentarios:

  1. Hola.

    Estoy deseando que Virginia y Jack se encuentren, por un momento he creído que a continuación de "Con el agua cayendo por mi cuerpo me miro al espejo"... iba a seguir con un "y, desconcertada, creo ver la cara de Jack en éste, ¿realmente está detrás de mí...?"

    Ains!!!

    Besos

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  2. Ya he escrito el "primer encuentro" aunque todavía queda mucho. Tengo tan interiorizado el personaje que sé que sería incapaz de tenerlo más de cinco minutos delante sin salir corriendo. Ponte en su piel. 364 días pensando que el amor de tu vida se ha ido para siempre y de repente vuelve, sin más, y tu vida que ya estaba encaminada a su olvido vuelve a ponerse patas arriba. Es complicado pero llegará, te lo prometo! Besos.

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  3. Sé que esto es muy personal pero no me importa que lo lea quien quiera. Vir, lo he vivido, lo mío no fue un sueño sino una realidad. Hace años, nueve exactamente, conocí a un hombre en un lugar muy duro, conviví tres meses con él, día y noche, compartimos amaneceres y atardeceres, sonrisas y lágrimas, desconcierto y esperanza, desayunos, comidas y cenas, en aquel momento mi vida estaba encaminada, de hecho me casaba al año siguiente, pero me enamoré y lo dejé todo, todo... pareja, familia, amigos, todo. La última noche que le vi, más especial que cualquier otro día por algo importante que me contó, eso creía en ese instante, me dijo que no le dejara, me lo suplicó, me decía que por fin había encontrado una razón para vivir, yo, una razón por la que luchar, que por fin había llegado su momento para el amor, y era conmigo. Lo recuerdo como si fuera ahora mismo, no le estaba dejando, sino que le estaba diciendo que las cosas, por circunstancias que tú conoces, no eran fáciles, que estaba aturdida, que no queria hacer daño a mi gente, a mi ex que en ese momento se aproximaba hacia nosotros y no sabía lo nuestro, que las cosas fueran más lentas, que precisábamos de tiempo para no tener que vernos a escondidas. No le estaba dejando, estaba completamente enamorada de él, del mundo que construimos, de todo lo que nos quedaba por vivir... A la mañana siguiente llamé a su hotel y me dijeron que la habitación estaba vacía, marqué su número pero saltaba el contestador, llamé a su familia... las horas de incertidumbre, de no saber, de no entender acabaron siendo días, los días se hicieron semanas, así meses, una incansable búsqueda; recuerdo cómo me quedaba dormida con el dedo marcando al botón de rellamada... Desapareció, huyó y, hoy por hoy, sigo sin saber por qué. Sufrí, grité, creía volverme loca, tanto que hoy no recuerdo su cara, nada, supongo que la mente me protegió y borró de mi mente cualquier rastro suyo que me hagan reconocerle. Todavía me pregunto que si le viera por la calle, si sería capaz de reconocerlo, yo creo que sí, años más tarde di con su paradero, creo que fue entonces cuando por fin pude respirar, saber que estaba vivo fue importantísimo. No sé si te lo creerás, pero tuve las señas en mi mano, eso era lo que llevaba buscando años, por fin creía ser capaz de ir a buscarlo, verle aunque fuera a escondidas, pero la verdad, es que no fui capaz. Cuando por fin me armé de valor, con tan sólo una llamada, hizo que en menos de cinco minutos el número ya no existiera y cambiara de dirección. Entendí, que por una razón que desconozco, huyó una vez y lo hará siempre que le encuentre.

    En fin... en realidad me alegra que todavía Jack y Virginia no se encuentren, me gustaría saber mucho más de lo que pasó un año antes... en realidad, lo quiero saber todo, pero sé tener paciencia.

    Un besazo preciosa

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